Dentro de unos buenos hábitos de vida saludable, y en la dieta diaria de todo deportista, la miel es utilizada como edulcorante natural, cuando en nutrición se ha considerado habitualmente un azúcar sencillo, por lo que entraría en la categoría de carbohidratos poco recomendables.
Sin embargo la miel es algo más que un azúcar; si analizamos su composición encontramos que un 31% es glucosa, un 38% fructosa, un 10% otros azúcares poco habituales, un 17% agua y un 4% son partículas variadas, como sustancias con propiedades anti- sépticas y anti- inflamatorias, flavonoides de las plantas, minerales y vitaminas en bajas proporciones,…
Se trata de un alimento complejo y si tomamos miel sin pasteurizar, es un alimento vivo que cambia su composición según las regiones donde se recolecta el polen de las abejas.
Por eso, a la hora de endulzar, la miel es mejor opción que el azúcar de mesa, la fructosa, el azúcar moreno, siropes o edulcorantes artificiales. Eso sí, siempre con moderación, tomando una cucharadita por vaso, para además no enmascarar el sabor de otros alimentos.
Por ello, no tengas miedo a usar un poco de miel en tus comidas tales como en el desayuno o la media mañana, da igual si tu objetivo es aumentar la masa muscular, definir o perder peso, la miel ayudara a tu cuerpo a estar en plena forma o obtener los resultados deseados, siempre combinándola con una dieta equilibrada.