Como hemos comentado en anteriores post y solamente saliendo a la calle o a cualquier parque vemos que ha aumentado el número de runners de forma exponencial debido a la facilidad en practicarlo y a los enormes beneficios que supone. Pero en muchas ocasiones ocurre que los runners menos preparados o que han asumido grandes volúmenes de trabajo demasiado pronto sufren dolores de espalda y lumbago tras su entrenamiento o de forma crónica tras sus entrenamientos.
¿A que es debido?
Cualquier desalineación o alteración postural del deportista, debilidad del core (musculatura abdominal y lumbar), compensaciones por antiguas lesiones, mala técnica de carrera, poca flexibilidad muscular (rigidez), calzado inadecuado o volúmenes grandes de entrenamiento sin estar preparado.
¿Cómo evitarlo?
- Disminuir en la medida de lo posible el impacto en la columna y en los discos vertebrales con calzado adecuado y comenzando a correr en terrenos firmes con suaves trotes y ritmo moderado.
- Prevención de lesiones a través de estiramientos, siempre, tras la sesión de entrenamiento. si existe dolor de espalda aplicar calor y si persiste acudir a un fisioterapeuta.
- Realizar entrenamientos cruzados, prestando atención a los descansos (necesarios y obligatorios) y alternar con otras disciplinas que permitan el descanso y el cambio de estímulo en la musculatura de la espalda.
- Dormir en una posición adecuada, boca arriba o la mejor postura que sería de lado con las piernas semiflexionadas y algo entre las piernas para mantener la correcta alineación de las caderas.
- Cumplir una serie de normas básicas de ergonomía e higiene postural: sentarse correctamente, cargar peso de forma adecuada e intentar realizar las actividades que requieran de flexión o extensión de espalda de forma correcta.
