Desde hace unos años, es conocida la liberación miofascial por sus beneficios en el rendimiento de deportistas y por su bajo coste.
Esto está muy bien, pero ¿qué es la liberación miofascial?
Es una terapia dirigida a las fascias del cuerpo y de manera indirecta al resto del aparato locomotor y resto de estructuras, incluyendo a las vísceras.
Ya hemos explicado qué en esta terapia, tratamos las fascias del cuerpo. Las fascias son tejido conjuntivo que se encuentra protegiendo músculos, grupos musculares, envuelve glándulas y órganos. Alrededor de las articulaciones también existe, donde forma los ligamentos.
Resueltas estas dudas, nos surge otra cuestión ¿Cómo se realiza? Muy simple, necesitaríamos un foam roller, si no tenemos podemos utilizar una pelota de tamaño de una de tenis o incluso nuestras propias manos. A continuación, os enseño el material.
Una vez que tenemos el material nos pondremos en posición cómoda y sobre el foam roller o la pelota. Intentaremos respirar de forma lenta y constante a la vez que ejerceremos presión sobre el músculo o grupo muscular que queremos liberar. Son sesiones largas y pausadas, así conseguiremos que la estructura vaya cediendo, consiguiendo estirar la fascia que envuelve la musculatura. Esto provoca una sensación de relajación en la zona tratada.
Sus beneficios son varios:
Pero como todo, tiene sus contraindicaciones y no se puede aplicar a casos de sufrir cualquiera de las siguientes patologías:
Sabiendo todo esto ya podemos realizar la liberación miofascial. Hay que tener en cuenta que según nuestro objetivo, haremos la liberación antes del ejercicio, después o en el día de descanso de la actividad física:
En conclusión, adaptaremos la aplicación de esta terapia en función de nuestras necesidades y objetivos que buscamos o necesitemos. Personalmente hago esta técnica después de hacer mi rutina y consigo mantener más relajada mi musculatura, tener menos agujetas y mayor elasticidad.