Lo primero que haremos será aclarar el concepto de índice glucémico (IG), este índice es un sistema para para cuantificar la respuesta del organismo ante un alimento que contiene hidratos de carbono en relación a una referencia, esta respuesta sería la glucemia sanguínea, que sería de manera simplificada la glucosa (azúcar) presente en sangre tras ingerir un alimento determinado. De esta forma podremos clasificar los alimentos ricos en hidratos de carbono en alimentos con un IG alto o bajo, los alimentos con un IG alto generarán una elevación rápida de la glucosa (azúcar) en sangre y tradicionalmente son los alimentos que “engordan” y los que tienen un bajo IG generan elevaciones menores y más lentas a lo largo del tiempo de la glucosa sanguínea, y son los alimentos que “no engordan” y si podemos comer. ¿Por qué los alimentos con IG alto engordan? Cuando ingerimos este tipo de alimentos la glucosa sanguínea se “dispara” rápidamente, y el organismo para evitar ese desfase de azúcar en el organismo segrega grandes cantidades de insulina para que estos niveles vuelvan a valores normales, entonces es cuando la glucosa sobrante pasa a “guardarse en el tejido adiposo” (grasa), pero además, a veces, estos valores de glucemia, tras elevarse rápidamente no vuelven a valores normales, si no que caen por debajo, generando la sensación de que la persona no está saciada y necesita volver a comer, por lo que este ciclo se repetirá hasta conseguir esa sensación de saciedad y si comemos ciertos alimentos con alto índice glucémico(dulces, azúcar, bollerías, etc.) de manera habitual acabaremos engordando fácilmente. Pero ojo, no quiere decir que debamos huir de este tipo de alimentos (alto IG) ya que pueden ser muy beneficiosos para recargar el glucógeno antes de competiciones, post entrenos, etc. Por lo tanto no debemos de eliminar alimentos, si no, saber cuándo se pueden y deben comer.