En este Post nuestro entrenador Ruben Espinosa nos ofrece una segunda parte acerca del entrenamiento en hipoxia, un tema muy interesante para aquellos que quieren mejorar sus marcas en deportes de resistencia.
En la 1ª parte de este post sobre el entrenamiento en hipoxia, hemos analizado los efectos físicos que se producen al entrenar en altura.
Veamos ahora cómo se modifica el rendimiento cuando se compite en hipoxia en función de la modalidad deportiva que practiquemos.
Deportes de alto componente aeróbico: Al realizar este tipo de deportes en altura, el rendimiento disminuye claramente, debido a la disminución del consumo máximo de O₂ que provoca la hipoxia.
Buenos testigos de este suceso, fueron los atletas que compitieron en aquellos Juegos Olímpicos de México en 1968; pudieron verse hasta colapsos y desmayos. Solo algunos atletas keniatas consiguieron mejorar sus marcas (Keino en 1500m, Biwott en 3000m obstáculos, y Temu en 10.000m). La razón es obvia, los kenianos habían vivido entrenado durante toda su vida a una altura similar a la de México. En deportes como el ciclismo, la disminución del rendimiento se compensa con la baja resistencia del aire en altitud, por lo que resulta más asequible realizar buenas marcas en altura.
Deportes de velocidad: Una vez más, la resistencia del aire juega un papel crucial en el rendimiento de estas pruebas, ya que al ser mucho menor que a nivel del mar, permite desplazarse a mayor
velocidad. Los atletas que se ven más beneficiados en este ámbito son los de 100, 200 y 400 metros lisos, así como los de salto de longitud y triple salto.
Deportes de fuerza: La fuerza máxima no se beneficia del estado de hipoxia, por lo que atletas como los halterófilos no verán mejoradas sus marcas debido a la altitud. Sin embargo, pruebas como el lanzamiento de peso y martillo, serán más eficaces gracias a una menor fuerza de la gravedad y a una menor resistencia del aire.
ENTRENANDO EN ALTURA
Vamos ahora a lo verdaderamente importante. ¿Cuáles son las diferentes situaciones que se pueden dar?, y ¿cómo sacar partido de ellas?
Entrenar abajo y vivir arriba: exposición pasiva a la altura,
Benjamin Levine y Jim Stray-Gundersen realizaron un estudio con atletas de medio fondo en el que vivían a 2500m (12-16h/día) y entrenaban a 1250m. Los datos obtenidos fueron los siguientes:
El rendimiento aeróbico mejoró un 1,3% y el aumento de la capacidad de transporte de O₂ fue de un 3-4%, ya que la concentración de hemoglobina y glóbulos rojos se disparó hasta un 10%.
La conclusión fue que “ las mejoras en el rendimiento se debían a la activación de la eritropoyesis, por el aumento en la producción de eritropoyetina secretada por el riñón bajo el estímulo de la hipoxia” (Richalet and Henry 2003).
Entrenar arriba y vivir arriba: exposición activa a la altura.
Como ya sabemos, el ejercicio en normoxia se acompaña de una relativa hipoxia en los tejidos y de una disminución en la presión de oxígeno intracelular. Lo mismo ocurre en la exposición aguda a la altura, donde ya en reposo disminuye la PO₂ (presión de oxígeno).
Por lo tanto, la combinación de ambos estímulos (entrenar arriba y vivir arriba) disminuirá la concentración de mioglobina (Richardson, Noyszewski et al. 1995). También el pH muscular y las concentraciones de PCr (Fosfocreatina) bajan más en esas condiciones (Hogan, Richardson et al. 1999).
Entrenar arriba y vivir abajo. “Living Low- Training High” (LLTH)
Estudios como el de Desplanches (1993) demuestran que este modelo de entrenamiento mejora el rendimiento en altura, tanto en sujetos poco entrenados, como en ciclistas profesionales y triatletas de élite. (Desplanches et al., 1993)En cambio, las mejoras del rendimiento a nivel del mar no son tan claras.
POSIBLES EFECTOS SECUNDARIOS DEL ENTRENAMIETNO EN ALTURA
Debido a la hipoxia, pueden ocurrir algunos efectos desfavorables en nuestro organismo. Son los siguientes:
– Efecto negativo de la hipoxia en la función cardiaca
– Efectos en el Metabolismo anaeróbico
– Atrofia muscular
– Alteración del sueño (y descanso)
– Acúmulo de Fatiga
– Bajada del Sistema inmune
BIBLIOGRAFÍA
Desplanches D, Hoppeler, H. et. al (1996) “Muscle tissue adaptations of high altitude natives to training in chronic hipoxia or acute normoxia” J. Appl Physiol 81, 1946-1951
Goddard, R. (1967). “The effects of altitude on physical performance.” The Athletic Institute, Albuquerque.
Hinojosa-Campero, W. E. (2011). “Gasometría arterial y adaptación en la altura.” Luz y Vida: Revista Médico-Científica.
Hogan, M., R. Richardson, et al. (1999). “Human muscle performance an PCr hydrolysisi with varied inspired oxygen fractions: a 31P-MRS study.” J. Appl Physiol 86: 1367-1373.
Naclerio, F. (2011). Entrenamiento deportivo: Fundamentos y aplicaciones en diferentes deportes.
Richalet and Henry (2003). Médecine de lálpinisme et des sports de montagne. Paris.
Richardson, Noyszewski, et al. (1995). “Myoglobin O2 desaturation during exercise. Evidence of limited O2 transport.” J Clin Invest 96: 1916-1926.